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  • Del sufrimiento surgen las almas más fuertes y que estas se forjan a base de cicatrices. Y parte de razón hay en ello si estudiamos las bases del Kintsugi, una técnica de restauración japonesa que se caracteriza por reparar fracturas en la cerámica con barniz o resina espolvoreando oro, plata o platino sobre las fisuras. El resultado final es sorprendente: más allá de mostrar la fragilidad de los objetos y su imperfección, estos reflejan una fuerza inusitada, que se desprende del mero hecho de enseñar sin complejos la belleza de las cicatrices en la vida de las cosas. 
     
     
    Todos vivimos episodios desgarradores que nos dejan el corazón y el alma partido en mil pedazos como si el mundo dejara de tener sentido, pero la idea es dar luz sobre este momento tan oscuro y mostrar que uno al superar un momento tan trágico puede no solo recuperarse sino salir reforzado.  
     
     

    Corazon

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